Fa tres setmanes, es va decretar un estat d’alarma que ens ha mantingut fins avui, i qui sap quants dies més…, sense poder sortir de casa. Visc sola en un petit pis de 50 m² amb la gran sort de tenir un jardí comunitari on puc anar a estirar les cames i prendre una mica el sol. Aquests privilegis, que desgraciadament no tothom té, no serveixen de molt per al meu cap que em demana travessar la porta de sortida a l’exterior. Tinc una sensació de claustrofòbia pel sòl fet de saber que no puc sortir al carrer. Tinc necessitat i pressa per fer totes aquelles coses que m’agradaven però que feia sense donar-me compte ni donar-li la importància que tenen. Aquests dies, quan plou surto al jardí amb l’excusa de fer alguna fotografia però sobretot ho faig per notar les gotes d’aigua llisca per la meva cara. Mullar-me la roba i després fer-me una dutxa ben calenta. En aquests moments d’angoixa, de falta d’aire, de marejos, el que m’ha equilibrat i acompanyat dia rere dia, ha estat l’art. Mai havia dubtat del poder curatiu de l’art però ara, més que mai, ha estat comprovat per tothom. La música, les manualitats, el ball ens han acompanyat en els millors moments d’aquest confinament. A mi m’ha donat per fer escultures de ceràmica. Tot un descobriment que m’acompanyarà un temps. Però a més, m’he obligat a fer autoretrats cada dia. Volia «obligar-me» a extreure les emocions i pors que no se’m generaven en aquests dies. D’aquesta manera sorgeix aquesta seqüència d’autoretrats.
Autor: albajovaniphotography
WABI SABI
Wabi Sabi es una corriente japonesa estética y de comprensión del mundo basada en la fugacidad e impermanencia. La palabra wabi se refería a soledad de vivir en la naturaleza, mientras que sabi significa frío o marchitado.
Mi proyecto trata de captar estos espacios de elegancia subestimada e inmortalizarlos, antes que la naturaleza recupere su espacio y los haga desaparecer.
“Si un objeto puede provocar en nosotros una sensación de serena melancolía, entonces dicho objeto puede considerarse wabi-sabi” (Andrew Juniper)
Este proyecto esta inacabado, ya que cada vez hay más hogares sin gente esperando a ser fotografiados antes de desaparecer.
MURS
El proyecto MUROS inicia el día que me siento incapaz de avanzar. Inmóvil, rodeada de un bosque lleno de arboles secos, recuerdo una frase: «La vida es caminar por encima de un muro estrecho, en un lado está el abismo y en el otro, el cuento de hadas.” En ese momento, me doy cuenta que yo ya he caído al abismo.
Durante un tiempo siento miedo y un inmenso vacío solo por el hecho de existir. Pero un día, decido buscar la manera de volver a escalar ese muro que me separaba de la vida. Y así se crea Muros, un proyecto fotográfico en forma de secuencia donde se captura la transformación de un espacio inicialmente oscuro y abandonado.
Este proyecto no empezó con una clara idea de hablar de mi experiencia, más bien, sin querer mis fotografías hablaban de ello.
Datos técnicos
Para llevar a cabo este proyecto he utilizado la Camara digital Olympus Mark II con un objetivo 50 mm fijo, las fotografías se han disparado siempre desde un mismo punto y distancia para conseguir el mismo encuadre en todas ellas. A demás, se ha utilizado el trípode, ya que se ha trabajado con velocidades lentas, entre de 10 a 15 segundos. Las imágenes con presencia humana, se han trabajado de manera que las personas salgan estáticas pero transparentes.
El retoque digital ha sido mínimo y todos los efectos son realizados a base de pruebas para mejorarlos hasta encontrar el resultado deseado.
Las once fotografías serán impresas con la técnica de tintas pigmentadas no fotosensibles sobre papel semitexturado de alta calidad, con un tamaño de 44,5×59,5cm y enmarcadas con un marco fino de aluminio negro mate.
Metodologia
Este proyecto tienen claras influencias de fotógrafos como Francesca Woodman y Duane Michals, pero sobretodo es un breve resumen de mi trayectoria como fotógrafa. Desde los inicios, he trabajado con espacios abandonados, lugares oscuros, velocidades lentas y cuerpos en movimiento que se fusionan con el entorno.
De Francesca Woodman, fotógrafa Estado Unidense, me atrae sus imágenes surrealistas y misteriosas, que parecen de una sensibilidad excepcional.
Duane Michals, creó en mi obra un antes y un después. Su fotografías creaban historias y miles de interpretaciones para el espectador. De él aprendí que la fotografía puede ser poesía.
En mi proyecto, también existen claras influencias de Magritte, quien me incita a cuestionar mi mirada hacía las cosas y de Hammershoi, que definieron como: “Uno de los pintores del silencio, la soledad i la ausencia.” Que es justo lo que quería mostrar yo en el inicio de mi proyecto.
Las imágenes reflejan nuestros sentimientos y pensamientos sin que ni siquiera nosotros mismos seamos conscientes.